ATENCION

Cómo se manifiesta la excelencia en tu óptica

Excelencia es una palabra hermosa y reluciente que hace parte de la retórica de muchos oradores motivacionales. La excelencia es invocada y citada cuando queremos referirnos a lo mejor, a lo máximo a lo de más alto valor y desempeño. Sin embargo, el verdadero valor de la excelencia no radica en lo que creemos que es sino en la forma en que la vivimos para transformar nuestros valores y nuestros comportamientos. Excelencia, queridos amigos y amigas lectores, no es un concepto sino un estilo de vida.

Si la excelencia es una brillante motivación, ¿cómo puede brillar tu óptica con excelencia? Hoy quiero compartir contigo unas breves meditaciones sobre la excelencia, a las que seguramente les encontrarás un valor práctico en tu propio negocio.

1. En la oscuridad de la mediocridad, la excelencia es la luz. Vivimos en una época en la que muchas personas viven en la ley del menor esfuerzo; son tiempos en los que por hacer “ahorros organizaciones” muchas empresas dan apenas lo justo para suplir las necesidades de sus clientes. Sin embargo, la excelencia nos llama superar la mediocridad, a darle a nuestros clientes mucho más de lo que esperan y de lo que han pedido.

Excelencia en la óptica es, por ejemplo, pulir una montura que nos ha sido traída sólo para el cambio de lentes. Un hombre de avanzada edad quedó sorprendido y agradecido cuando le entregaron sus nuevos lentes bifocales, que fueron montados sobre su antigua montura. Él no pidió ni esperaba que la pulieran y la hicieran brillar de nuevo, de modo que sintió la satisfacción de estrenar gafas nuevas. Créeme, ese cliente volverá. Recorrer la milla de más, como invita en algunos pasajes la Biblia, es uno de los fundamentos de la excelencia.

2. Lo mejor es superior a lo bueno y lo excelente es superior a lo mejor. ¿Sabes cuál es el secreto de los atletas que ganan medallas de oro o de los músicos consagrados que dan impresionantes conciertos? Nunca están conformes. Siempre creen que es posible ir un poco más allá, llegar un poquito más alto. Esta actitud, aplicada a tu óptica, se llama “mejoramiento continuo”.

Algo de lo que se deben cuidar todas las ópticas de Estados Unidos  es de quedarse en la comodidad de las glorias pasadas y no seguir innovando y mejorando. Lo que hoy es muy bueno, mañana no lo será tanto. Por eso, la excelencia es una búsqueda continua no del perfeccionismo pero sí de la superación continua. ¿Eres reconocido por tus ofertas en salud visual? Planea unas mejores la próxima vez. ¿Tienes buena reputación por la calidad de tus exámenes visuales? Averigua si ya hay mejores sistemas de medición y evaluación para que tus diagnósticos sean más precisos. Ir por más es ser excelente.

3. Cuando la excelencia es una pasión, los buenos resultados son la norma. Incendia a tus socios y colaboradores con la fiebre por la excelencia. Cuando toda la gente que tiene y no tiene que ver con la atención al cliente descubra que su rol incide en la percepción que el público tiene del negocio, habrás desatado un poder sin precedentes para hacer de tu óptica un establecimiento excelente.

Dale motivación y visión frecuente a tus colaboradores, crea incentivos para aquellos que demuestren actitudes excelentes en el servicio y dales la oportunidad de hacer aportes que mejoren el nivel de excelencia de la óptica. Así nadie se mantiene pasivo y estimulas una ola de creatividad que se verá reflejada en la admiración de tus clientes y en los resultados económicos.

Recibe un abrazo contagioso de excelencia este día para que el mundo se vea más brillante desde tu óptica.

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