Los clientes como los empleados de las ópticas necesitan educarse y mantenerse actualizados, sobre los productos y servicios, los procedimientos y trámites, que les permitan lograr su máxima satisfacción y respuesta a sus necesidades. Cada uno de los productos contiene unas especificaciones las cuales deben traducirse al lenguaje y entendimiento de los consumidores.
Cada una de las gafas y lentes, gotas y lubricantes para los ojos, tratamientos contra las infecciones y alergias, exámenes médicos y de optometría, cuidados y remedios, deben ser explicados a profundidad a cada cliente que se acerca curioso a cada uno de los productos de la óptica.
Existe una responsabilidad de las tiendas especializadas en la salud y estética, por brindar conocimiento exacto y a la medida. No se trata de simplemente vender sino de brindar soluciones y una asesoría especializada y apropiada.
La educación para los clientes de la óptica, involucra asesorar en el uso del producto, escuchar la necesidad de cada consumidor para luego recomendar aquel producto y servicio que más se ajuste.
En algunos casos deberá existir la recomendación de un médico especializado y una prescripción. En otros casos, a pesar de que no exista un problema de salud sino un tratamiento de estética y belleza, siempre se debe vigilar en el servicio por ser preciso en la información que se divulga sobre cada producto, los riesgos y beneficios, el uso adecuado y las precauciones que se deben tomar para evitar riesgos en la salud.
Cada agente de servicio y empleado de la óptica debe dominar las especificaciones de cada uno de los productos que ofrecen en la tienda, convertir cada concepto técnico en un lenguaje cercano a cada tipo de consumidor, para garantizar su conocimiento de uso y servicio. La educación comienza en el interior de la empresa para poder garantizar la educación posterior de los clientes.
Educar al cliente es suministrar información de calidad, es entender las necesidades del consumidor para luego hac
er una oferta de servicios ajustada a ellas, es prestar servicio pensando más en el consumidor que en el negocio o beneficios personales. Un cliente que compra a consciencia un producto y le sirve, volverá para siempre y se convertirá en tu mejor referencia.
La tecnología avanza y los productos se renuevan. Los lentes ya cuentan cada vez con mejor protección para los ojos contra el sol y el ambiente hostil. No todas las personas se encuentran al tanto de los avances y merecen una explicación especial de los beneficios. Nunca se debe asumir que las personas conocen de antemano las características, beneficios y cuidados, respecto de los productos que compran. Los clientes merecen una educación por parte de quien provee y vende los productos.
En las ventas de productos y servicios especializados, la educación del cliente es muy importante, para ganar la confianza y seguir manteniendo la credibilidad del negocio y las ópticas. Recuerda que tú eres un asesor más que un vendedor, un distribuidor de soluciones más que de productos.
